La Iglesia Palmariana, la secta religiosa que profetizando su propio cristianismo consigue estafar a todos sus seguidores.
El Palmar de Troya es un pueblo en medio de la nada, a catorce kilómetros de Utrera. Esta población sevillana destaca por albergar una de las sectas religiosas más grandes de España, la Iglesia Palmariana.
Todo empezó hace más de cincuenta años cuando supuestamente la Virgen se les apareció a cuatro niñas en la finca de la Alcaparrosa, situada sobre una pequeña colina al suroeste del pueblo. A partir de entonces fueron muchos lo que subieron allí y dijeron tener visiones. Las noticias volaron por todo el mundo y empezaron a llegar pelegrinos y curiosos que fueron engatusados por Clemente Domínguez, quién empezó a hablar en nombre de Dios. Muchos creyentes aceptaron sus palabras y actuaron según él dictaba, incluso cuando las historias sobre apariciones, visiones y milagros llegaron a Roma y el Papa negó su veracidad.

Cuando Clemente hubo conseguido dinero suficiente de sus seguidores, mandó construir una basílica en el mismo emplazamiento donde se había aparecido la virgen por primera vez y aduciendo que la modernidad estaba acabando con el verdadero cristianismo, ordenó que la basílica estuviera rodeada por un muro de cuatro metros de altura que los mantuviera aislados. Pocos años después, al morir el Papa Pablo VI, Clemente se separó de la Iglesia Católica Apostólica y Romana y se proclamó Papa Gregorio XVII, creando la Iglesia Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz.
En ese momento algunas de las personas que creían en las apariciones dejaron de seguir a Clemente y fundaron su propia orden, la Cruz Blanca. Aunque con menos adeptos que la Iglesia Palmariana, esta orden no abandonó la Iglesia Oficial. Los adeptos a la Cruz Blanca tenían prohibida la entrada dentro del recinto de la basílica, de modo que construyeron una pequeña capilla y una cruz blanca en el exterior del muro, para poder rezar lo más cerca posible del lugar donde se les había aparecido la Virgen.


Una tarde, mientras algunos seguidores rezaban delante de la cruz blanca, Dios eligió a un antiguo misionero llamado Félix de Arana para que se convirtiera en el protector de la Cruz Blanca. El elegido volvió a coger los hábitos y a partir de aquel día fue conocido como Padre Félix, quien hizo construir el Santuario del Corazón de María en el centro del pueblo.
Curiosamente, en 2005, el mismo año que murió Clemente, también murió Félix de Arana y dejó al Santuario del Corazón de María sin rector, a la espera de que Dios elija al siguiente. En cambio, tras la muerte de Clemente, otro Papa fue elegido a dedo, casualmente el mejor amigo del fallecido.
Actualmente, tanto la Iglesia Palmariana como la orden de la Cruz Blanca siguen en pie, y aunque ambas ordenes nacieron de la creencia en la misma aparición de la Virgen, la Iglesia Palmariana ha demostrado ser un negocio en el que se engaña a los fieles a cambio de su dinero.

A diferencia de la Cruz Blanca, que sigue las mismas normas que la Iglesia Oficial, la Iglesia Palmariana tiene un reglamento que sus adeptos tienen que cumplir a rajatabla:
– Catecismo palmariano: En él se describen las conductas que tienen que acatar los palmarianos. Supuestamente inspirado en el Espíritu Santo, cada Papa ha publicado un nuevo catecismo y ha mandado quemar el anterior.
– Vestuario: Los hombres tienen que vestir siempre con camisa de manga larga atada hasta el cuello, pantalones largos que no sean tejanos, calcetines largos y zapatos de vestir. Las mujeres pueden ir con camisa y falda o vestido, pero en ambos casos deben ir tapadas desde el cuello hasta las muñecas y los tobillos, con calcetines largos y zapatos de vestir. Actualmente, para ir a misa, tanto hombres como mujeres deben vestir de marrón, ya que es el color de la Virgen del Carmen.
– Peregrinaciones: Los fieles deben hacer obligatoriamente una, como mínimo, de las cuatro posibles peregrinaciones al año. A saber, Semana Santa (celebrada siempre del 20 al 27 de marzo), la Virgen del Carmen (16 de julio), el Corpus Christi (celebrada siempre el 12 de octubre, día de la Hispanidad) y Fin de Año (31 de diciembre).
– Santos politizados: La Iglesia Palmariana tiene su propia visión política, de modo que no tiene miramientos en adorar como santos a Francisco Franco, Luís Carrero Blanco, José Antonio Primo de Rivera y Cristóbal Colón. Motivo por el cual, tienen prohibido votar.
– Condiciones económicas: Para ser un palmariano y, por lo tanto, estar comulgado por la Iglesia Palmariana, uno debe ceder todas sus propiedades a la Iglesia Palmariana y pagar el diezmo (impuesto que se paga a la Iglesia que consiste en gran parte del salario).
– Desconexión con la realidad: Para mantener a sus adeptos engañados, intentan que estos no puedan ser influenciados por el resto de la gente y de los medios. De modo que tienen prohibido hablar con gente que no forme parte de la secta (el Papa actual les permite saludar), la televisión e internet están vetados, leer el periódico está censurado y solo pueden escuchar algunas emisoras de radio. Además, no pueden pisar iglesias que no sean palmarianas.
Los días de esplendor de la Iglesia Palmariana terminaron ya hace años, sin embargo, sigue teniendo muchos más adeptos que la orden de la Cruz Blanca, que a menos que aparezca un nuevo “Padre Félix” no durará muchos años más. En Irlanda, están a punto de registrar la Iglesia Palmariana como Secta Peligrosa, lo que la convierte en ilegal. Esperemos que no tarde en pasar lo mismo en España.

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